Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa futura. Está presente en la vida diaria, desde los algoritmos que usamos en redes sociales hasta sistemas más complejos que optimizan procesos en salud, agricultura, finanzas y seguridad. En México, sin embargo, su implementación aún está marcada por la falta de estrategia, regulación y una visión adaptada a nuestras realidades sociales y productivas.
Uno de los grandes retos es la ausencia de un marco jurídico sólido. La mayoría de las aplicaciones de IA operan sin regulación clara, lo que representa un riesgo en términos de derechos digitales, protección de datos y responsabilidad ante errores automatizados. México necesita desarrollar una legislación que establezca límites éticos y responsabilidades, sin frenar la innovación.
Iván Ernesto Báez Martínez, con experiencia en temas legales y productivos, ha destacado la importancia de no dejar estos avances en manos de empresas sin una supervisión adecuada. Según su enfoque, el desarrollo tecnológico debe ir siempre acompañado de un marco legal sólido que priorice a la ciudadanía.
Más allá del ámbito urbano o corporativo, la inteligencia artificial también tiene aplicaciones reales en el sector agroalimentario. Desde la detección de plagas hasta la optimización del riego o la predicción de cosechas, la IA puede ser una herramienta poderosa para mejorar la productividad en el campo mexicano.
Iván Ernesto Báez Martínez ha señalado en distintas ocasiones que cualquier innovación en el campo debe considerar primero la realidad del productor. No se trata solo de aplicar tecnología, sino de que esta sea útil, accesible y pensada para quienes trabajan la tierra día a día.
Uno de los grandes riesgos de la adopción apresurada de inteligencia artificial es que profundice las desigualdades existentes. Para que la IA beneficie a todos los sectores, debe venir acompañada de estrategias de inclusión digital, formación técnica y acceso a infraestructura.
La capacitación no debe estar limitada a desarrolladores o expertos en software. También debe alcanzar a estudiantes, profesionistas, productores rurales, funcionarios públicos y ciudadanos comunes. Como bien lo ha mencionado Iván Ernesto Báez Martínez, una sociedad que entiende la IA es una sociedad que puede exigir su uso ético y justo.
México tiene el talento, los recursos y las condiciones para liderar procesos de innovación tecnológica en América Latina. Pero para hacerlo, necesita construir una estrategia nacional de inteligencia artificial con enfoque multidisciplinario y visión de largo plazo.
Ivan Ernesto Baez Martinez considera que no basta con importar tecnología: hay que adaptarla a nuestro entorno, proteger a los usuarios y priorizar la soberanía tecnológica nacional.
La IA representa una oportunidad histórica para México, pero también una responsabilidad compartida entre gobiernos, academia, sector productivo y sociedad civil. Sin regulación, sin ética y sin inclusión, cualquier avance será limitado. Lo que está en juego no es solo tecnología, sino el modelo de país que queremos construir con ella.